La salida de la prueba fue a sprint, con todas las embarcaciones a tope, y después procuramos coger nuestro ritmo y dosificarnos para el recorrido. La mar estaba tranquila y el tiempo, nublado, muy agradable para no sofocarnos demasiado. Desde Mompás hasta casi de la bocana de Pasaia fuimos prácticamente solas, divisando muy lejos otras piraguas a las que poder seguir, por lo que tuvimos que mantener nuestro propio ritmo sin poder picarnos con nadie. Por suerte, recibimos los ánimos de Edu y Urko desde sus zodiacs, y por el camino nos cruzamos con los maquis que regresaban a Donostia desde Pasaia: Aitor y Manuel, Jose Mari, Ramon y Andres, Antxon,... fueron los primeros con los que nos cruzamos. Y después, más caras conocidas como Javi, Aritz, Alberto y Felix... y tras virar en la bocana, empezamos a saludar a los que teníamos por detrás, Liberato incluido, que ya suma 90 años de edad y cada vez que le vemos nos emociona saludarle. Este aspecto de la travesía es lo que más nos ha gustado, ya que al ser de ida y vuelta, hemos tenido ocasión de hacer piña, cada uno/a con su reto, pero con la sensación de poder compartirlo y no sentirnos tan solas.
Momentos antes de la salida, nuestros amigos Alejandro, Zuriñe y su perro guía Ivy, nos estaban esperando en las escaleras del Náutico con una sorpresa: un cartel hecho con globos, con forma de piragua, dos palas (blanca la de Maider y negra la de Amaia) y, dentro, nuestras iniciales M y A. Un detallazo!! Y muchas risas. A la vuelta nos esperaron para darnos ánimos en la llegada a meta, lo cual se agradece un montón.
Agradecemos a todas las personas que nos habéis ayudado con vuestros consejos, ánimos y risas. Está siendo un placer nuestra incursión en el Kayak de mar. Y sobre todo... estamos supersatisfechas de nuestro trabajo.
